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“Sanar no siempre es posible…morir es parte de la vida”: Paulina Urrutia rompe el silencio tras su tratamiento contra el cáncer

Paulina Urrutia compartió su experiencia enfrentando el cáncer y reflexionó sobre el impacto de las emociones en la vida.

Por Eduardo Castillo 29 de abril de 2025
“Sanar no siempre es posible…morir es parte de la vida”: Paulina Urrutia rompe el silencio tras su tratamiento contra el cáncer

La actriz Paulina Urrutia atraviesa un complejo proceso médico luego de ser diagnosticada con cáncer de mama triple negativo, uno de los tipos más agresivos de la enfermedad. Pese a ello, la intérprete continúa activa y compartiendo su experiencia desde un enfoque humano y emocional.

Durante el pasado fin de semana, participó en el Festival Puerto de Ideas Antofagasta con el taller “La ciencia de las emociones”, donde profundizó sobre su batalla personal y la del fallecido periodista Augusto Góngora, su esposo, quien padeció Alzheimer.

“La viuda de Chile”: así abordó su momento actual

En medio de su charla, Urrutia se sinceró con los asistentes: “Ustedes dirán. ¿Qué está hablando esta galla de la felicidad? Digamos que no soy el símbolo de la felicidad de Chile. ¿No? ‘La viuda de Chile’. Ustedes conocen mi historia personal. Y ahora, más encima, vengo recién operada, con una bolsita aquí, que es un drenaje. Me acabo de operar por segunda vez, hace poco, entonces parece que se equivocaron de expositora”, comentó entre reflexiones.

La actriz, de 56 años, no esquivó el dolor ni la vulnerabilidad, usándolos como punto de partida para hablar sobre lo esencial de las emociones.

La falta de ternura y el deseo universal de ser felices

A lo largo de su exposición, Urrutia profundizó en cómo las emociones son muchas veces reprimidas o ignoradas socialmente. “En Chile no somos tiernos. Es una emoción de la que tenemos poca percepción. ¿Y por qué? Porque no la practicamos. Salvo con nuestros animales, con nuestra familia cercana, pero no somos atentos, cariñosos, cuidadosos”, señaló.

También planteó que el deseo de felicidad es algo compartido por todos: “Son emociones que hoy día se han perdido, y eso es la vida. (…) todos buscamos ser felices. Un poquitito, en algún momento. Es un anhelo. Un propósito”.

Paulina Urrutia

Sobre la invalidación de ciertas emociones, agregó: “¿Ustedes nunca han escuchado eso de los científicos? Dicen: ‘¿Ay, por qué esas respuestas tan emocionales?‘; ‘¡Déjate de ser dramática!‘; ‘¡Basta de drama!‘. Además, nos han convencido de que hay emociones buenas y malas, emociones positivas y emociones negativas. ¿Hay emociones buenas y malas? Está claro que no”.

“Sanar no siempre es posible”

Paulina también abordó los prejuicios que ha enfrentado desde su diagnóstico y vinculó ese juicio con su historia de vida: “Lo más doloroso ha sido cuando la gente me dice: ‘Es que usted ha sufrido tanto que tenía que darle cáncer’. Como si el sufrimiento fuera algo que hay que pagar con enfermedad”.

En ese sentido, criticó el mandato social de “sanar” para ser aceptado: “Todos sufrimos. Todos deberíamos estar con cáncer si fuera así. Hay que dejar de exigir que las personas ‘sanen’ para ser aceptadas. Sanar no siempre es posible, y morir también es parte de la vida”, expresó con claridad.

Más adelante, explicó: “La gente, en general, no tiene conciencia de cómo influyen las emociones en la vida cotidiana. Entonces, como no las consideran, las emociones hacen lo que quieren con uno. Si no sabemos cómo nos afectan, tampoco sabemos cómo aprender. Y todo aprendizaje verdadero, el que queda para siempre, es emocional”.

El amor como fuerza vital

Sobre su faceta profesional, Urrutia aclaró que ha estado en pausa relativa: “He hecho una pausa, entre comillas, pero ha sido muy rara, porque han ido apareciendo trabajos que había hecho antes. (…) Y en paralelo, estoy trabajando en estas otras cosas: charlas, talleres, asesorías. Eso me hace muy feliz”.

Finalmente, compartió un mensaje esperanzador sobre su proceso: “Ahora estoy en proceso de recuperación y necesito respetar eso. No es no querer, es saber esperar el momento adecuado, pero sí hay propuestas, algunas de teatro. Y ganas no me faltan. Hoy mi vida se mueve por el anhelo. La fuerza del amor es el estado que nos impulsa a seguir viviendo. El amor como motor, como impulso, como energía. No es algo romántico, es lo que nos hace levantarnos todos los días. Y aquí seguimos, dándole como mono porfiado”, concluyó.

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