“Jamás imaginé que iba a desaparecer como si la hubiese tragado la tierra”: nieta de María Ercira a un año del caso
A un año de la desaparición de María Ercira Contreras, su nieta Carla Hernández comparte el dolor que aún persiste y el deseo que no pudo cumplir.

Este lunes 12 de mayo se cumple un año exacto desde que María Ercira Contreras, una adulta mayor de 85 años, desapareció sin dejar rastro tras acudir al restaurante Fundo “Las Tórtolas”, ubicado en la comuna de Limache, en la región de Valparaíso. Desde entonces, su paradero sigue siendo un misterio.
Dolor persistente: “Jamás pensamos vivir algo así”
La desaparición que fracturó emocionalmente a la familia
Carla Hernández, nieta de la desaparecida, relató a Página 7 cómo la incertidumbre ha golpeado profundamente a toda su familia: “Recordar ese día es tremendamente angustiante y doloroso (…) jamás pensamos que no íbamos a tener respuestas, ya ha pasado un año y tenemos solo dudas, nunca como familia pensamos pasar por una situación así”, confesó.
Aunque asegura que los lazos familiares no se han visto alterados, sí reconoce que el proceso ha sido devastador: “Los vínculos familiares se han mantenido tal cual como estaban antes de la desaparición (…) ha sido muy difícil porque es algo que nos ha deteriorado mentalmente a todos”, indicó.
“Es algo que tu cabeza no logra cerrar mientras no tengas respuestas, lo cual yo creo que nos está pasando a todos”, añadió.
Un año sin respuestas ni pistas concretas
Sospechas y una esperanza que se debilita
Carla también compartió su convicción de que la desaparición no fue un accidente: “Estoy segura de que hay alguien involucrado porque si no ya habríamos encontrado algún rastro de ella, obviamente no es lo mismo perder a una persona por muerte natural o accidente, que perderla por una desaparición”.
La joven describió la impotencia que ha sentido durante todo este tiempo, al no saber qué más hacer: “Es algo que no se lo doy a nadie, ni a mi peor enemigo, pues esa sensación de angustia, incertidumbre y sentir que estás con las manos atadas, porque no sabes qué más hacer, es terrible”.
El homenaje que nunca se concretó
Un desayuno que quedó en el tintero
A pesar del dolor, Carla recuerda con cariño los planes que tenía para celebrar a su abuela tras el Día de la Madre: “Teníamos pensado invitarla a tomar desayuno poco tiempo después de su celebración del Día de la Madre, iríamos a un lugar cerca de aquí que me encantó, pero quedó pendiente (…) Quería hacerle ese regalo personal para ese día”, compartió con nostalgia.
También expresó el pesar de no haber tenido la oportunidad de expresarle una última vez su cariño: “Me hubiese gustado decirle que la amo mucho y muchas gracias por estar siempre pendiente de nosotros, sobre todo de mis hijos, pues era una abuela muy cariñosa”, finalizó.
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