Guerra en Medio Oriente: Posible alza en combustibles y alimentos en Chile

El conflicto bélico en Medio Oriente, que involucra a Israel, Irán y Estados Unidos, genera incertidumbre en los mercados internacionales y podría tener consecuencias directas en la economía chilena. La amenaza del cierre del estrecho de Ormuz, por donde transita cerca del 20% del petróleo mundial, es el principal factor de riesgo.

Un alza en el precio del petróleo se traduciría inevitablemente en un aumento del costo de los combustibles en Chile. Pablo Barberis, académico del departamento UNegocios de la Universidad de Chile, advierte sobre la incertidumbre en el precio del petróleo, considerando el rol de Irán como gran productor y su control sobre la distribución a través del estrecho de Ormuz. Un posible cierre podría provocar un desabastecimiento superior al 25%, impactando significativamente el precio de la bencina y la parafina, especialmente crucial durante el invierno chileno.

Expertos estiman un alza de entre $20 y $30 en el precio del petróleo, cifra similar a la esperada para la bencina. Con la actual cotización del barril de petróleo cercana a los $74 dólares, un escenario de conflicto prolongado podría elevarlo a más de $100 dólares, intensificando el impacto en los consumidores chilenos.

Alejandro Urzúa, analista económico de la Universidad Andrés Bello, señala que la guerra podría generar una mayor inflación en Chile, cuya intensidad dependerá de la duración del conflicto. Un conflicto prolongado provocaría una presión inflacionaria persistente, afectando no solo el precio de los combustibles, sino también el de los alimentos, cuyo transporte depende del combustible y cuyo precio se vería influenciado también por la variación del dólar. El alza en los costos se propagaría a lo largo de la cadena de suministro, afectando significativamente el bolsillo de los chilenos.

Si bien, por el momento, el precio del petróleo se mantiene controlado debido a la incertidumbre sobre el cierre del estrecho de Ormuz, la amenaza latente mantiene en vilo a las autoridades y a la población chilena, quienes esperan con cautela el desarrollo de los acontecimientos internacionales y su repercusión en la economía nacional.